Friday, April 07, 2006

De alianzas light y alternativas viables

La política light se impone en esta nueva etapa del proceso público. Política sin ‘política’, partidos sin ‘política’, organizaciones sin ideología, dirigencia sin liderazgos, carismas sin programas, voto negociable y endosable, son las más visibles cualidades de los tres partidos que históricamente se han repartido el pastel electoral.

El pragmatismo impráctico se ha convertido y combinado con fines electoreros para formalizar una alianza entre dos sectores que anteriormente se distinguían y diferenciaban bastante, divididos por una línea ideológica pronunciada, pero que hoy parecen haber decidido homogeneizarse en prácticas vacías de todo concepto y contenido.

La circunstancia, el oportunismo, tan inoportuno en los momentos de crisis socioeconómica, ha normado en la conducta del partido que históricamente ha sido estandarte de las ideas conservadoras y aquel que otrora fuera adalid de los valores liberales y progresistas en nuestro país.

Se han constituido en un Frente Opositor “FO”, (cualquier relación con fetidez, les aseguro que es pura coincidencia) el Partido Reformista Social Cristiano y el Partido Revolucionario Dominicano. El primero, abandonando todo sentido democristiano; al segundo, de revolucionario no le queda nada. Se funden dos estructuras históricamente opuestas para maquillar sus tasas de rechazo y el desencanto del pueblo dominicano en las venideras elecciones de medio término.
Un acuerdo light, sin duda, pues no se han externado razones concretas ni mucho menos sustentos ideológicos, que serían imposibles de presentar para justificar una alianza de esa naturaleza.

En los medios de comunicación se preconiza que de esta manera quedan conformados dos bloques políticos para el torneo electoral venidero. Dos bloques que representan la lucha del poder por el poder, conformados por “la alianza rosada” y el Partido de la Liberación Dominicana y sus aliados que hoy gobiernan. Pero nosotros agregamos, que habrá un tercer bloque, una tercera vía, una alianza del Partido Revolucionario Social Demócrata, desprendido del ala liberal del históricamente glorioso PRD, hoy condenado al servicio de intereses nefastos.
Esa alianza se constituye en estandarte de los principios que dieron sustento al sistema democrático y en una muestra de que en nuestro país quedan aún reservas de decencia y respeto. La alianza de los socialdemócratas con la ciudadanía, con componentes no contaminados de nuestra sociedad, empieza a tomar forma encarnada en las candidaturas de Eduardo Jorge, Luis Estrella, Eduardo Sanz Lovatón, Gary Imbert, entre otros exponentes de la conducta ética en el ejercicio político.

No hay que temer ante la desesperada componenda del grupo del ex presidente Mejía absorbiendo al Partido Reformista y utilizándolo como preservativo electoral, para no contraer una enfermedad que sería letal: la responsabilidad que caería sobre ellos tras una segunda derrota.

Los hechos nos dicen que hace falta dar categoría a la democracia. Poblar las instituciones de personas aptas, preparadas y con observancia de los principios. El Congreso Nacional no aguanta un período más de zafra corruptora y corrupta, el país está cansado de burlas. Hagamos algo!

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