Tuesday, February 12, 2008

Que juzguen los que deben.

Cuando la opinión pública, los medios de comunicación, los grupos de presión y la ciudadanía en general se erigen en tribunales inquisidores, la justicia sufre. El veredicto resulta un catálogo de sentimientos, ignorancia e intereses. Recordemos la absolución de Barrabás y la condena de Jesús. Así se repite a lo largo de la historia con diferentes enfoques.

En la (in)justicia penal no faltan ejemplos. El vox populi dispone “inocente” o “culpable”; con esto sólo pierde la Justicia. De igual manera prominentes figuras lanzan críticas anticipadas y logran con esto presionar la administración.

Con el fortalecimiento institucional se logra que las decisiones judiciales sean inalterables. Y es precisamente esa institucionalidad la que viene a predicar la fundación que ofreció declaraciones en días pasados, por medio de su presidenta, en ocasión del fallo de la Suprema Corte de Justicia en el caso Renove.

Las implicaciones de las declaraciones señaladas, inciden directamente en la mencionada institucionalidad. Amedrentar las decisiones judiciales no aporta, en ningún ámbito, al fortalecimiento de la justicia. Así, la mediatización de los procesos judiciales, comentados cual episodios deportivos, se convierte en una bomba de tiempo y ya vemos en las calles cómo grupos comunitarios están tomando por sus propias manos “la justicia”.

Habiendo calificado como "una nueva señal de desaliento" el fallo del más alto tribunal, la dignataria se atreve a admitir que hacía esas declaraciones "sin entrar en una valoración técnica sobre el contenido de la sentencia".

Nos preguntamos, asombrados, de qué manera se puede determinar que "el sistema de justicia penal no ha cumplido con su misión", a propósito de una sentencia o decisión judicial sin haberse sumergido en un estudio de la pieza jurídica. No queremos con esto defender a los imputados, pues hemos dicho que esto es trabajo de sus abogados en los tribunales. Sin embargo, queremos alentar a los diferentes sectores de la sociedad a observar los pormenores técnicos antes de emitir juicios de valor.

El derecho no permite apreciaciones imprecisas, sino exactas. La ley existe y los debates para aplicarla se dan en estrado. Lamentablemente, la solución de los procesos penales, hoy convertidos en dramas televisivos y periodísticos, está precedida de especulaciones y opiniones de profanos que restan veracidad a los fallos.

En consecuencia, las diligencias y decisiones emanadas de las instancias doctas y competentes resultan débiles, inútiles. Los medios ventilan juicios precocidos, plagados de intereses y muchas veces de superficialidades, que desembocan en la debilidad de las instituciones de nuestro país. Esta realidad, por desgracia, conforma un círculo vicioso que descalifica las decisiones de los jueces (los de toga y birrete) y generaliza la sensación de inconformidad, resultando desconfianza y debilidad institucional, que otra vez, nos llevan a las opiniones precipitadas y carentes de base legal.

La jurisdicción correspondiente juzgará. Es tarea del Ministerio Público emitir las acusaciones acorde a la tipificación en el Código Penal. Mientras, invitamos a los distintos sectores a estudiar los pormenores técnicos de los procesos. Ninguna sentencia pronunciada por grupos de presión, figuras iluminadas o en el colmado de la esquina, tiene validez. Demostremos con hechos que trabajamos por la institucionalidad y la justicia; el país lo agradecerá.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home