Tuesday, February 12, 2008

Estado Social de Derecho

En la ruta hacia el perfeccionamiento institucional del Estado dominicano, hemos notado la ausencia de discusiones y la limitada participación de la sociedad civil, debido al monopolio de opinión que, por falta de tradición ciudadana o recursos, ha patentizado un grupo reducido de organizaciones sin fines de lucro junto a los partidos políticos.

Desde nuestra Dimensión Ética, hemos querido hacer un llamado a la clase dirigente y la ciudadanía proponiendo temas que, estudiados a profundidad nos serían de gran utilidad para construir el país que todos queremos. Es por esto que hoy ponemos en el tapete el tema que nos ocupa.

El Estado liberal tradicional que surge en Francia, con cuyo nacimiento inicia el período luminoso de las libertades públicas y privadas, no se hace suficiente para el curso progresivo de la organización social.

Aprovechado en diversas ocasiones por populistas para manipular al pueblo, el Estado liberal carece de las vías administrativas necesarias para la adaptación de la ciudadanía a la democracia. La conquista de las libertades es meramente electoral.

El Estado social de derecho, en cambio, sin entrar en contradicciones con el anterior, y sin llegar al extremo del insostenible e inflamado Estado de bienestar, propone un equilibrio que permite el desarrollo integral de la sociedad, es decir, la potenciación de sus dimensiones económica, política, social y cultural.

El Estado de bienestar, campeón de las conquistas sociales europeas, responde a las necesidades de los trabajadores, que en aquel momento histórico se preocupaba únicamente por lograr sus conquistas como clase.

Por tanto, su alcance, como ente organizador, se reducía al plano económico y social. Hoy día las necesidades de las sociedades son otras y por tanto, la organización jurídico-política de la nación debe tener un radio de acción más amplio.

Respondiendo a estas nuevas necesidades, tras la 1ra Revolución Industrial, inicia el surgimiento del Estado social de derecho (ESD), que incluye aspectos jurídicos, ideológicos y políticos y su alcance lo convierte en un organizador social, democrático y participativo.

En el plano político, el ESD debe promover la organización de la ciudadanía. La constitución del ciudadano común en su propia voz (legítima, autónoma y eficiente), por medio de vías artificiales de presión y representatividad (Juntas de Vecinos, de usuarios, consumidores, así como gremios y organizaciones sindicales, profesionales, industriales y comerciales), es un aspecto fundamental del Estado en estudio.

La soberanía reside en el pueblo y para ejercerla él mismo, debe dejar de ser masa y convertirse en ciudadanía. En ese sentido, el reto del Estado Social de Derecho es crear las condiciones para que el pueblo se organice (el gran temor de los populistas). Un pueblo organizado y educado no puede ser engañado. Así el Estado promueve las libertades (económicas y sociales, políticas e individuales), la autogestión y protege la ciudadanía de la manipulación demagógica.
En cuanto a sus tareas económicas, el Estado en cuestión se constituye en un ente regulador que establece las reglas del juego económico privado para garantizar el ejercicio de las libertades en el mismo plano, protegiendo así a los más débiles, evitando indebidas elevaciones de precios y otras maniobras abusivas.

A su vez, la organización jurídica de la nación deberá ser un ente de fomento y proteger constitucionalmente la iniciativa privada, además de ejercer su papel de Estado empresario que desarrolla actividad industrial. Asume empresas donde sea necesario e invierte sus recursos, complementando así su labor de promotor del desarrollo integral otorgado en el rango constitucional.

En la dimensión social, debe convertirse en el brazo administrativo para la cobertura de las necesidades básicas de los individuos (sobre todo de los más débiles). Entre las tareas de dicha función está la distribución de bienes y servicios que logren un standard de vida digno en los ciudadanos.

En esta visión del Estado, los derechos económicos y sociales son conquistas en permanente realización y perfeccionamiento, lo cual es un papel directo de la ciudadanía, que debe lograr organizarse y convertirse en el motor de los procesos. La labor del Estado Social de Derecho es conciliar los intereses de la sociedad en un marco institucional organizado y socialmente vinculante. De nuevo, afirmamos que el futuro de la política está fuertemente atado a la articulación de ciudadanía y las nuevas formas de interacción del Estado y la sociedad. ¿Realmente vamos por ese camino?

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